Últimamente había leído demasiados
comentarios, no precisamente para mí sino a otros compañeros al momento de
publicar su crítica o reseña, que decían “si no te gusta, hazlo tú”, “criticar
es muy fácil” y mi favorita “hablas mal de las obras que tú mismo no eres capaz
de realizar”; eso y mi constante pensamiento de “ya nada me impresiona como
antes” en función de los casi 40 o 50 animes que veo por Temporada.
Eso me hizo alejarme un poco de esas páginas y mudarme a Twitter donde puedo publicar sin perturbación reseñas episódicas, obviamente más cortas y relajadas, pero creo que mi cerebro no me dejará avanzar hasta que les diga cuál es la verdadera función de una crítica escrita y la definición de la “contaminación irreversible” que ataca a los veteranos, empecemos.
¿QUIÉNES PUEDEN CRITICAR?
Cualquier ser humano, sea
consciente o no, tiene la necesidad de pertenecer a un grupo con el fin de
saberse valorados y comprometidos con un proyecto en común, a esto se le conoce
como “sentido de pertenencia”, por lo que ese deseo de involucrarse y comentar
acerca de lo que nos gusta ha estado en nosotros desde siempre.
Más aún cuando la mayoría tiene
un espacio en la web para decir lo que quiera de lo que sea, aunque por
supuesto, no todos esos contenidos son iguales, pues dependen del campo de
interés y conocimiento de la persona lo que hacen clasificar entre una opinión
y una crítica. Yo misma lo he dicho en algunas de mis reseñas “opinar lo hace
todo el mundo y cada quien es libre de hacerlo como quiera, pero si personas
detrás de ti confían en tu juicio, es mejor ser lo más objetivo y transparente
posible”.
LA PERCEPCIÓN DE LA CRÍTICA
Mi experiencia como reseñista me
ha permitido conocer a 3 tipos de personas: los que hacen la crítica, los
que odian la crítica y los que piensan que la crítica es inútil. Es aquí
donde me permitiré resumir lo que alguna vez vi en el anime Hyouka
(2012) del estudio Kyoto Animation que deja más clara esta percepción
general, específicamente en el capítulo 13, minuto 15:30 “Muerte en la
Oscuridad”:
La escuela se encuentra en el
Festival Cultural donde alumnos en un salón de clases se quejan de las pocas
ventas de una antología que hace una crítica a 100 mangas, una de las
alumnas menciona que eso pasa cuando se tiene una idea tan aburrida y que hacer
críticas es una pérdida de tiempo; Mayaka Ibara, personaje secundario y
quien dio la idea, le pregunta la razón y esta responde que todo queda a manos
del lector, al final solo es entretenimiento.
Ibara, sorprendida, le devuelve la pregunta si acaso los autores importan y cómo puede saber cuál es bueno y cuál no; su compañera, con tono burlesco, termina diciendo que los lectores solo deben buscar algo que los haga reír y que todos los mangas son iguales. Finalmente, Ibara replica que bajo su lógica no existirían obras maestras, que son las personas con experiencia quienes deciden eso y que sin importar que no sobrevivan al tiempo están ahí, ella dice "hay diferencias definidas entre las habilidades técnicas de los escritores".
Cabe mencionar que ninguna de las
dos está equivocada, habrá quienes disfruten ligeramente de una obra bajo sus
propios términos y otros que gusten de interpretar lo que ven para luego encontrar
motivos subyacentes, seguramente ambos terminarán compartiéndolo en una red
social, pero el hecho es que solo uno será una opinión y la otra, una crítica.
ORIGEN Y FUNCIÓN DE LA CRÍTICA
Dios me ampare en poder resumir a
Foucault en su texto “¿Qué es la crítica?”… él dice que en el comienzo de
la historia moderna, lo que hoy se conoce como “crítica” era practicado como un
monopolio medieval de la interpretación bíblica por parte del clero, siendo así
un único privilegio de los Padres de la Iglesia, razón por la que la
“resistencia” con el fin de no reconocer esta autoridad, operaban con otro tipo
de escritura que significaba “no querer ser gobernados ni restringidos por el
magisterio de la Iglesia” (Rauning, 2008).
Este monopolio de la escritura se
tradujo como un retroceso, una suspensión de la enseñanza y por ende al
autoempoderamiento de los lectores. Siglos después, encontraron que Gottlieb
Stolle había resumido el desarrollo contextual de esa época y al mismo
tiempo cerrando el arco de la resistencia contra el monopolio de la escritura
diciendo “se le llama crítica al arte de comprender a los autores antiguos o hacer
comprensible lo que escriben, de distinguir lo que se les ha sido atribuido
falsamente o ha sido tergiversado y de enmendar o reemplazar los pasajes
corruptos”.
Con ello en mente, la función
de una crítica y en consecuencia, de un crítico, no es hablar mal de una
obra sino examinarla cuidadosamente para emitir un juicio serio y sustentado. Es
así que en la actualidad, el trabajo de un crítico ya no es sentirse parte de
una casta de conocedores como si fuera el magisterio, más bien, de lograr
que el espectador se vuelva más activo y sofisticado, que refine sus ojos,
oídos y hacerlo conocer herramientas para interpretar el producto que consume,
tal como una resistencia.
LA CONTAMINACIÓN IRREVERSIBLE
Cuando estudiaba animación, uno
de mis profesores nos encargó imprimir un artículo para la clase cuya única
prueba de su existencia que tengo son los apuntes en mi cuaderno y mi don para
recordar cosas inútiles (que esta vez, es muy útil), así que lamento no poder
darles la referencia apropiadamente. Ese artículo explicaba la preocupación de
ciertos estudiantes de apreciación cinematográfica que si adquirían las
herramientas de análisis fílmico ya no serían capaces de disfrutar “inocentemente”
los productos audiovisuales que usualmente consumen.
Este temor infundado de ya no
disfrutar de una obra solo porque conocen más o ya nada les impresiona se le denomina
como “la contaminación irreversible del gusto”, explico: según su autor,
no es que ese conocimiento arruine el goce estético sino que lo amplifica, pues
al adentrarse en los diferentes niveles de significado de una obra le otorgan
riqueza, profundidad y relevancia.
La contaminación irreversible sucederá
tarde o temprano si se consume lo suficiente, de hecho, esa “contaminación” es
parte fundamental de la crítica: la formación del gusto. Cuanto más y
mejor se conozca la forma estética del cine o en mi caso, de la animación, más
exigentes y refinados nos volvemos, en conjunto con las reseñas y el hecho de
que los autores las toman en cuenta (como en muchas ocasiones les he
mencionado) repunta a un mejoramiento de las obras en general.
EN CONCLUSIÓN
Puede que un espectador no sea tan pasivo como se piensa, pero sí está desinformado y no tiene las herramientas necesarias para saber de qué hablan las series o películas que consume. Son los críticos y reseñistas los que poseen estrategias de lectura que permiten no solo gozar de estos productos desde un punto de vista estético y narrativo, sino también de comprenderlos desde su estructura incluso conceptual para después promoverlo entre la audiencia común, únicamente con el poder de la palabra escrita en una reseña crítica. Recuerden consultar otras fuentes para que su información sea más completa, nos vemos en una siguiente publicación.
Referencias:
Rauning, G. (2008) “¿Qué es la
crítica? Suspensión y recomposición en las máquinas textuales y sociales”.
Viena. Recuperado el 4 de agosto de 2020 de: https://transversal.at/transversal/0808/raunig/es
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