lunes, 24 de agosto de 2020

Artículo: La función del espectador y sus tipos: el crítico, el cognoscente y amateur

Hace un par de semanas publiqué el artículo “La función de la crítica y la contaminación irreversible del gusto” la cual fue bien recibida y por eso les estoy muy agradecida, pero hay otra razón para mencionarlo porque tal como pensé, pareciera que siempre es más interesante hablar de los autores y aquellos que promueven sus obras, llámese estos reseñistas, analistas o críticos, quienes muchas veces ignoran que también entran en la categoría de espectador o yendo más allá, refiriéndolos como si no importaran o fueran inferiores cuando lo cierto es que tienen un papel que cumplir, ¿cuál es? Hablemos de ello.

EL SUJETO INTANGIBLE

Escribir este artículo fue por un tiempo una letanía al ser un tema tan común y de los que muchos reconocen su importancia, no obstante, me cuesta creer que algo o alguien nos importe cuando ni siquiera podemos definirlo satisfactoriamente y esté fuera del intento superficial de cualquier diccionario. La falta de una definición clara y precisa de un espectador me hizo apartar la idea de mi calendario, pero no de mi mente, así que seguí dándole vueltas a la cabeza.

Fue en un momento donde pensaba todo y nada a la vez que una idea me abordó y en un soliloquio reflexioné: alguien no puede “ser” sin antes “no serlo”. Afortunadamente con esa nueva perspectiva pude llegar a la definición de Flores (2018) la cual, a partir de otros conceptos, propone que un espectador es la persona que rompe su rutina y enfrenta una obra creativa, ya sea de forma accidental o provocado por él mismo obteniendo estímulos recreativos, estéticos y culturales.

En otras palabras, un espectador es aquella persona que voluntaria o fortuitamente interactúa con una obra y quien, para ser considerado como uno, se debe autopercibir como tal: un espectador, además de distinguir que lo que tiene delante es una propuesta creativa (Flores, 2018). Por tanto, lo que en definitiva NO es un espectador es quien pasa desapercibido lo que NO conoce, pues para comprender un objeto o una razón, primero tiene que darse cuenta de que existe, conocerlo y comenzar a descubrirlo.

Ese es el motivo por la que no debería ser relevante el comentario de una persona común que no se ha dado a la tarea de ver una obra o terminarla, pero sí para opinar sobre ella, ¿cómo él o ella va a comprender lo que no conoce?, ¿tienen derecho a ello? Los invito a pensarlo y evitar ese comportamiento en cualquier contexto, nosotros tenemos más poder del que creemos y ahora más que nunca, por ende, debemos usarlo justamente.

LA IMPORTANCIA DEL ESPECTADOR

Ya sea desde su propia percepción o haciendo una búsqueda por internet encontrarán que al hablar de una propuesta creativa, la mayor parte del contenido se enfoca en 3 elementos: el autor, la obra y aquél individuo que la interpreta, omitiendo la mayoría de las veces al espectador, no obstante, los verdaderos elementos a considerar son: el autor, la obra y el espectador.

Esto porque, como Flores (2018) afirma, no puede existir un autor sin obra ni espectador, ni una obra sin autor ni espectador, así como un espectador no puede serlo sin un autor ni una obra. Como pueden apreciar, no es que uno sea más importante que el otro, sino que tienen el mismo peso y cada cual una función:

El autor es quien se encarga de producir la obra en base a su talento, aptitudes y limitaciones, mientras que la obra es el medio expresivo por el cual el autor transmite su idea y la otorga como propuesta al espectador. Asimismo, la función del espectador se resume a aceptarla o rechazarla, lo explico con más detalle a continuación:

LA FUNCIÓN DEL ESPECTADOR

Tal como se planteó anteriormente, cualquier obra dice algo a cualquier espectador siempre y cuando exista una interacción consciente, por lo que para considerarlo como tal, Flores (2018) enuncia estas funciones:

1.- Buscar:  cuando una persona por iniciativa se convierte en espectador a través del encuentro de una obra, esta función tiene 3 niveles: el primero es cuando la persona sabe y desea ver una obra con características específicas tanto en términos de género como en la forma en que se transmite; el segundo es buscar la obra únicamente en términos de género sin importar como se transmite, es decir, es menos precisa; y el tercero es cuando la persona busca una obra cualquiera sin importarle ni el género ni cómo se transmite, por ende, su intención es aleatoria. Obviamente se descarta de esta función al espectador de encuentro fortuito.

2.- Crear expectativas: cuando el espectador encontró la obra, surgen suposiciones de lo que verá junto a su posible calidad en base a sus experiencias, comentarios de terceros, investigación personal y/o fama o prestigio del autor. Esta función la alimentan los intermediarios que promueven las obras (el propio autor, críticos, reseñistas o analistas) a través de medios de comunicación como trailers, publicidad, blogs, redes sociales, etc. Tal como lo hago en “mis primeras impresiones” cada Temporada. Mucho cuidado porque un buen espectador NO tiene prejuicios, pero sí expectativas.

3.- Contemplar: por definición, contemplar significa reconocer que se está en presencia de una obra, no basta con verla, escucharla o incluso sentirla, sino acatarla como lo que es. Una persona no se vuelve espectador sin esta identificación, pues de lo contrario pasa desapercibida y sin saber su significado o desenlace, en otras palabras, nunca se entera que tiene una obra delante.

4.- Juzgar: la persona hace lo que en la crítica se conoce como “doble juicio” donde el primero nace en cuanto se contempla la obra apreciando los detalles más obvios; y el segundo cuando la termina de manera más calmada y profunda, soportándose sobre la reflexión y comparación con los parámetros del propio espectador. Razón por la que alguien que no termina o “dropea” una obra, deja de ser un espectador.

5.- Cuestionar: el espectador debate consigo mismo la calidad de la obra de acuerdo a sus parámetros, si cumple con las promesas estándares del género, si es creíble y hasta qué punto, si los detalles estéticos y elementos narrativos fueron los adecuados con el fin de construir una opinión con base a sus saberes y entendimientos.

6.- Creer o descreer: cuando se habla de descreer, se refiere a que el espectador rechaza la credibilidad de la obra y ejecuta acciones como renegar y desestimar; por el contrario, creer se refiere a aceptar la credibilidad de la obra y ejecutar acciones como halagarla y aprobarla. Incluso si es alguien difícil, entendiendo que señala todos los defectos que sobrepasan sus fronteras de “malo” para convertirse en “pésimo” hasta el punto de desacreditarla ante posibles nuevos espectadores, sigue reconociendo que es una propuesta creativa, por tanto, también es un espectador. Estas funciones son excluyentes y el resultado afecta a las siguientes.

7.- Discriminar: independientemente si el espectador cree o descree, generará una dinámica en la que él suele elegir los elementos que a su juicio ameritan o desmeritan más a la obra que no solo aborda generalidades sino también los detalles más pequeños y específicos. Por ejemplo, a un espectador puede gustarle o no la tocada de un violinista porque lo conmovió para bien o para mal, mientras que a otro puede gustarle o no el mismo violinista por su técnica, postura, ejecución, tono, velocidad, etc.

8.- Criticar: una vez cumplidas las funciones anteriores, el espectador está listo para criticar la obra para sí mismo o a otros espectadores pudiendo ser los resultados variados según su nivel de conocimiento y calificación, es decir, puede juntar los elementos negativos y decir que la propuesta es mala o inaceptable, al igual que junta tanto los elementos negativos y positivos para decir que es regular, así como juntar los elementos positivos y decir que es buena o extraordinaria.

9.- Halagar o vituperar: si el resultado de discriminar y criticar es positivo, pasará al paso lógico de halagar la obra, contrariamente a que si fueron negativos, procederá a denostarla. Esta función varía entre cada espectador.

10.- Aceptar o rechazar: el espectador finalmente debe optar por cualquiera de estas funciones: aceptar o rechazar la obra.

TIPOS DE ESPECTADOR

Si algo he aprendido es que cualquier cosa que tenga un nombre, se puede clasificar y si se clasifica, es porque está cumpliendo con un estándar que lo pone en su lugar correspondiente. Ahora que ya podemos nombrar a un espectador junto a sus funciones estándar, es momento de clasificarlo para lo cual, existen 3 niveles clave que reciben términos distintos dependiendo el autor, sin embargo, su significado es el mismo:

1.- Amateur/ Dilettanti/ Lego/ Espectador inexperto: es el espectador que está en proceso de aprendizaje y cuya intención es adentrarse conscientemente a su área favorita de contemplación.

2.- Cognoscente/ Connaisseur/ Aficionado/ Espectador veterano: esto supone a un espectador aficionado a un autor, género o disciplina que crea una relación sólida con obras particulares y cuyo conocimiento se sustenta en mayor parte por su experiencia sin la necesidad de ser académicos en el tema.  

3.- Crítico/ Profesional/ Espectador experto: parafraseando lo que dije en mi artículo anterior, un crítico es quien posee estrategias de lectura que permiten no solo gozar de la obra desde un punto de vista estético y narrativo, sino también comprenderla desde su estructura incluso conceptual para después promoverla a la audiencia común por medio de una reseña crítica (Masson, 2020). Agregando que estos sí se conciben enteramente como espectadores antes de cualquier otro título.

EN CONCLUSIÓN

El contacto entre “obra y persona” convierte a esta en un espectador, siendo su papel principal aceptar o rechazar una obra y completar la ecuación de “autor – obra – espectador”. De igual forma, su autopercepción como espectador se producirá con el paso del tiempo en la que a través de su experiencia y adquisición de conocimiento técnico estilístico y narrativo, accederá a niveles superiores de clasificación. Es así que ser un espectador ya no suena tan fácil como antes al punto que no cualquiera puede serlo, otro motivo para seguir estudiándolo y afianzar nuestra propia importancia.

Con ello ha terminado el último artículo de la Temporada de Verano 2020 para dar paso a los conteos y después a las reseñas finales de los animes en emisión, es una buena oportunidad para armar su lista de los estrenos de Otoño porque tal parece que serán más de 40, el doble de lo normal. Recuerden consultar otras fuentes para que su información sea más completa, nos vemos en una siguiente publicación.

Referencias:

Flores, J. (2018) "Definición, funciones y papel del espectador frente a la obra creativa". Anagramas, Rumbos y Sentidos de la Comunicación. Vol 17. Núm. 33. Universidad de Medellín. Colombia.

Masson, H. (2020) “La función de la crítica y la contaminación irreversible del gusto”. Holy Anime Notes. México. Recuperado el 24 de agosto de 2020 de: https://holyanimenotes.blogspot.com/2020/08/articulo-la-funcion-de-la-critica-y-la.html

jueves, 13 de agosto de 2020

Reseña: Hakubo

Es curioso que en la Temporada de Primavera habláramos de la película Amor de Gata especialmente porque había algo en ella que llamó la atención de la mayoría de los espectadores sin una causa consensual y ahora estemos ante Hakubo al que le ocurrió todo lo contrario, pasó tan desapercibida y tenía tantos comentarios negativos que dudé en hacerle reseña, sin embargo, la curiosidad terminó venciéndome, ¿realmente es tan mala como dicen?, ¿estamos viendo la obra de su autor o el escándalo detrás de él? Revisemos. Cabe mencionar que bajo el concepto de opinión estas ideas fueron escritas y recordarles que NO HAY SPOILERS.

Hakubo es una película del género de romance y slice of life cuyos protagonistas son una chica de secundaria que toca el violín y un chico que hace pintura quienes en medio de un hermoso atardecer se encuentran de manera fortuita y comienzan a conocerse hasta darse cuenta de lo que sienten por el otro. Un amor juvenil que solo vive en el ahora dentro de la ciudad de Iwaki después del terremoto y tsunami de Tohoku del 11 de marzo de 2011.

SU REPUTACIÓN LO PRECEDE

Es normal que al investigar autores, animadores o estudios no sienta otra cosa salvo admiración y respeto, razón por la que pensé que con el señor Yutaka Yamamoto no sería diferente al haberse hecho cargo del trabajo original de Hakubo como director, del guión y también como director de sonido, pero la realidad fue otra porque cada artículo que leía sobre él decía cosas terribles y cada uno era peor que el anterior, pasé de tener miedo a la empatía y terminar con tristeza, explico:

El señor Yamamoto quien igualmente es conocido como Yamakan se hizo del cariño de los fanáticos al desempeñarse como director de producción en el anime The Melancholy of Haruhi Suzumiya del estudio Kyoto Animation e incluso ascendiendo como director para Lucky Star, aunque fue despedido poco después por “no estar preparado para el puesto”. Más tarde se convirtió en el cofundador del estudio Ordet cuyo único trabajo relevante fue Black Rock Shooter en 2012 y ser despedido nuevamente en 2016 por razones no específicas; fue en enero de 2017 cuando anunció que su próximo trabajo sería la película original de Hakubo.

EL NACIMIENTO TORMENTOSO DE HAKUBO

Desde que ese anuncio salió a la luz se sabía que la película sería financiada por medio de recaudaciones logrando llegar a la meta de más de 130,000 dólares para su producción (Pineda, 2017), no obstante, el 4 de marzo de 2019, el señor Yamamoto declaró en su blog que se encontraba en una quiebra personal mayormente relacionada a proyectos de animación anteriores, un préstamo de su automóvil y tarjetas de crédito. Seguido de eso, tanto su abogado como el estudio Twilight aclararon que esa deuda no tenía nada que ver con la película y que esta seguiría adelante (Hodgkins, 2019).

Justo cuando la situación parecía haberse calmado, el señor Yamamoto sorprendió a sus seguidores cuando a mediados de mayo de 2019 reveló en su blog que después de terminar Hakubo “jura no volver a trabajar en nada relacionado a la animación”, añadiendo que su obra se encontraba en mal estado y disculpándose con los involucrados en la producción. En esa misma publicación se sinceró al decir que luego de 21 años trabajando en la industria se dio cuenta de que “desde el principio, no he podido hacer anime” (Pineda, 2019).

Fue en este punto donde no supe qué pensar porque por un lado se le notaba deprimido y derrotado a la par que no paraba de generar escándalos desde su despido en KyoAni como aquella vez en 2018 cuando dijo que los otakus eran los culpables de “arruinar” el anime, hizo comentarios discriminatorios hacia los fanáticos de China y Corea llamándolos “discapacitados” y culpó a la idol Mayu Tomita por ser atacada violentamente por un fan en 2017 (Loveridge, 2018).

Por si fuera poco (que no lo es) en septiembre de 2019 lanzó una campaña de recaudación por casi 93,000 dólares para financiar una película piloto que hace alusión al ataque incendiario a Kyoto Animation agregando que se encargaría de “cambiar el anime” para que no hubiese más víctimas, después arremetiendo contra el señor Makoto Shinkai quien había publicado “Todos los de Kyoto Animation Co; estén a salvo” respondiendo el tuit con “Solo cállate” (Loveridge, 2019).

Esa cadena de acciones que van desde el mal gusto hasta lo misógino y racista solo provocaron la suspensión de sus redes sociales en Twitter y su blog de LINE, además de una pésima reputación y el desvío de miradas entre colegas y estudios de la industria… todo tiene sentido ahora, ¿verdad? Conocer el contexto detrás de una obra es tan importante como la obra en sí.

UN BELLO ATARDECER

Seguramente no seré la primera ni la última en decir que la calidad técnica de Hakubo es hermosa e increíble considerando su presupuesto y por sobre todas las cosas, muy fácil de leer por su consistencia empezando por la paleta de colores cálida que destaca los azules, amarillos, rojizos, verdes, púrpuras y naranjas que obviamente hacen alusión a los atardeceres. El buen trabajo en el diseño de color del señor Fuyuto Maraguchi está ahí.

De igual forma, al tener a un protagonista masculino afín a la pintura era de esperarse una gran cantidad de paisajes y así fue, estos no son más que extensiones de terreno vista desde un lugar determinado y con un poco de movimiento de cámara, mientras que los panoramas (que también hay) son grandes extensiones de terreno vista desde un lugar alto, a diferencia de la fotografía que es la obtención de una imagen fija. Lo anterior me hace suponer que usaron el formato 3DBG que hace un modelado tridimensional con textura sin dejar de tener una apariencia en 2D, se ve muy estilizado, detallado y realista, bien hecho.

Asimismo, debo admitir que con la protagonista femenina afín a la música estaba preocupada porque incluso en obras del género no es común que veamos movimientos corporales y gesticulaciones al tocar los instrumentos como los dedos al tratarse de un violín, la dirección de la mirada y la presión de los labios. En este caso particular había 3 retos por superar: la anticipación, el timing y los arcos.

Al referirse a un violinista podemos observar que no comienza a tocar justo después de colocar el instrumento sino que generalmente da un suspiro, mira hacia abajo y antes de que el arco toque las cuerdas hay una pausa… a eso se le conoce como anticipación, quiere decir que una acción nos prepara para el siguiente movimiento a la par que el timing marca el ritmo de la acción, asegurándose que cada acento o efecto suceda en el momento correcto, sin mencionar que un violín no tiene la misma velocidad ni patrón que un chelo.

De igual forma, a pesar de que el violín tenga una precisión recta, hay un ligero patrón circular con forma de ocho que además de servir de guía para la acción, refleja fluidez y realismo; a ese rompimiento de rigidez se le conoce como arcos y la mayoría de las cosas en la animación los tiene. Pueden comprobar lo que dije fingiendo tocar el violín, ¿logran notar los ochos en sus muñecas y codo? De nada; la animación es la representación de la realidad, por tanto, es bueno que se vea como tal.

Finalmente puedo destacar el buen manejo de secuencias cotidianas como las comidas en mesa, las caminatas, las charlas del autobús y la grandiosa tocada en grupo, así como el uso de diferentes planos y ángulos de la cámara que terminan por hacer una composición compleja y bonita… quizá el señor Yamamoto no cumplió con las expectativas en sus estudios anteriores, pero en este proyecto no cabe duda que como director se esforzó demasiado, yo lo noto y lo agradezco.

EL ESPEJO DE LA TRAMA

Es verdad que el apartado técnico fue ejecutado maravillosamente, sin embargo, temo que la trama no tuvo el mismo cuidado al ser influenciado, en opinión propia, por el estado emocional del señor Yamamoto ya que como antes se mencionó, él mismo la desprestigió al igual que muchos espectadores con comentarios como “la historia más olvidable del cine”.

Hakubo es la última obra de su autodenominada “Trilogía de Tohoku” que incluyen a Blossom y Wake up, Girls! Pero tranquilos, no es necesario ver lo demás para entender porque la única premisa de esta película es la típica “chica conoce a chico y se enamoran”. La historia es lineal, simple y mayormente narrada por la protagonista, comparemos un poco:

En la película Amor de Gata del estudio Colorido, podemos ver una propuesta similar, pero con la diferencia que ahí sí existe el desarrollo de personajes a tal punto que conocemos sus sentimientos, inseguridades, problemas y deseos, de forma contraria en Hakubo que cometió el error de colocar personalidades apáticas sin desarrollar un solo aspecto, nunca me quedó claro quiénes estaban en la pantalla ni sus motivaciones detrás de pintar un paisaje o tocar el violín, al igual que razones sustentables para estar enamorados uno del otro.

Las explicaciones que recuerdo (al ser cierto que es olvidable) son porque ambos pertenecen a los clubs correspondientes y oh, “me recuerdas a alguien del pasado”… ¿eso es todo?, ¿acaso los 52 minutos fueron un problema? Me cuesta creerlo cuando he visto mejores historias contadas en menos de 10. He de intuir que esa autoafirmación del señor Yamamoto de “desde el principio, no he podido hacer anime” se reflejó en la película.

Nosotros tendríamos que preguntarnos qué es el anime en primer lugar, ¿es la animación?, ¿las historias?, estoy segura que ambas junto a la música, pero señor Yamamoto… usted debió hacer lo que quería siempre y cuando pusiera el alma y corazón en ello, si siente que lo hizo, solo hace falta practicar un poco más. Lo único que un autor necesita es papel, pluma y una buena idea. Hakubo no le hizo justicia a su potencial y eso me entristece.

LA MÚSICA COMO COMPLEMENTO

Si se tiene una violinista, por supuesto que tiene música, pero he de mencionar que esta no destaca por sí misma sino por los aspectos técnicos que dije anteriormente; es posible escuchar clásicos como Beethoven, Delius y Bartók Béla, además de instrumentos en la susodicha tocada como la flauta, el chelo, piano, viola, violín, clarinete, arpa, entre otros. Hakubo tiene una larga apertura con ellos y un ending interpretado por Hitomi Azuma llamado “Tooku” que no me gustó porque es una balada, ustedes saben que no soy fanática de ellas, sin embargo, no dejen de darle una oportunidad.

EN CONCLUSIÓN

Hakubo es la última obra de su autor que al parecer no regresará a la industria, cualquiera pensaría que debería ser una extraordinaria despedida, pero lo único que transmitió fue rencor, frustración y otros sentimientos encontrados a pesar de que la película cuenta un romance juvenil. En lo personal no la considero ni tan terrible como afirman los espectadores ni tan buena como para ser una de las primeras opciones en recomendar, solo la aceptaría para un buen rato de entretenimiento.

Por segunda ocasión en los casi 3 años que tengo reseñando, no colocaré una calificación y considero que mis opiniones respecto al comportamiento del señor Yamamoto son irrelevantes en esta reseña, aunque no evitaré decir que las desapruebo… un buen espectador no tiene prejuicios, sin embargo, ustedes tienen el derecho a decidir verla o no. Recuerden ver y leer otras reseñas, críticas y análisis para que su opinión sea más completa, nos vemos en una siguiente publicación.

Referencias:

     Hodgkins, C. (2019) “El director de anime Yutaka Yamamoto se declara en quiebra (actualizado)”. Anime News Network. Estados Unidos. Recuperado el 13 de agosto de 2020 de: https://www.animenewsnetwork.com/news/2019-03-11/anime-director-yutaka-yamamoto-files-for-bankruptcy/.144410

     Loveridge, L. (2018) “Yamakan enojado culpa a Otaku, China por [New Life] + Cancelación del anime”. Anime News Network. Estados Unidos. Recuperado el 13 de agosto de 2020 de: https://www.animenewsnetwork.com/interest/2018-06-07/yamakan-angrily-blames-otaku-china-for-new-life-anime-cancellation/.132541

     Loveridge, L. (2019) “Wake up, Girls! Yutaka Yamamoto regresa al anime de fantasía oscura de Crowdfund ´Magical Girls´”. Anime News Network. Estados Unidos. Recuperado el 13 de agosto de 2020 de: https://www.animenewsnetwork.com/interest/2019-09-27/wake-up-girls-director-yamakan-returns-to-crowdfund-magical-girls-dark-fantasy-anime/.151612

     Pineda, R. (2017) “Yutaka Yamamoto producirá la película de anime Hakubo incluso si fracasa el crowdfunding”. Anime News Network. Estados Unidos. Recuperado el 13 de agosto de 2020 de: https://www.animenewsnetwork.com/news/2017-03-08/yutaka-yamamoto-will-produce-twilight-anime-film-even-if-crowdfunding-fails/.113081

     Pineda, R. (2019) “Yutaka Yamamoto promete dejar la industria del anime después de terminar la película Hakubo”. Anime News Network. Estados Unidos. Recuperado el 13 de agosto de 2020 de: https://www.animenewsnetwork.com/news/2019-05-28/yutaka-yamamoto-vows-to-leave-anime-industry-after-finishing-hakubo-film/.147200

martes, 4 de agosto de 2020

Artículo: La función de la crítica y la contaminación irreversible del gusto

Últimamente había leído demasiados comentarios, no precisamente para mí sino a otros compañeros al momento de publicar su crítica o reseña, que decían “si no te gusta, hazlo tú”, “criticar es muy fácil” y mi favorita “hablas mal de las obras que tú mismo no eres capaz de realizar”; eso y mi constante pensamiento de “ya nada me impresiona como antes” en función de los casi 40 o 50 animes que veo por Temporada.

Eso me hizo alejarme un poco de esas páginas y mudarme a Twitter donde puedo publicar sin perturbación reseñas episódicas, obviamente más cortas y relajadas, pero creo que mi cerebro no me dejará avanzar hasta que les diga cuál es la verdadera función de una crítica escrita y la definición de la “contaminación irreversible” que ataca a los veteranos, empecemos.

¿QUIÉNES PUEDEN CRITICAR?

Cualquier ser humano, sea consciente o no, tiene la necesidad de pertenecer a un grupo con el fin de saberse valorados y comprometidos con un proyecto en común, a esto se le conoce como “sentido de pertenencia”, por lo que ese deseo de involucrarse y comentar acerca de lo que nos gusta ha estado en nosotros desde siempre.

Más aún cuando la mayoría tiene un espacio en la web para decir lo que quiera de lo que sea, aunque por supuesto, no todos esos contenidos son iguales, pues dependen del campo de interés y conocimiento de la persona lo que hacen clasificar entre una opinión y una crítica. Yo misma lo he dicho en algunas de mis reseñas “opinar lo hace todo el mundo y cada quien es libre de hacerlo como quiera, pero si personas detrás de ti confían en tu juicio, es mejor ser lo más objetivo y transparente posible”.

LA PERCEPCIÓN DE LA CRÍTICA

Mi experiencia como reseñista me ha permitido conocer a 3 tipos de personas: los que hacen la crítica, los que odian la crítica y los que piensan que la crítica es inútil. Es aquí donde me permitiré resumir lo que alguna vez vi en el anime Hyouka (2012) del estudio Kyoto Animation que deja más clara esta percepción general, específicamente en el capítulo 13, minuto 15:30 “Muerte en la Oscuridad”:

La escuela se encuentra en el Festival Cultural donde alumnos en un salón de clases se quejan de las pocas ventas de una antología que hace una crítica a 100 mangas, una de las alumnas menciona que eso pasa cuando se tiene una idea tan aburrida y que hacer críticas es una pérdida de tiempo; Mayaka Ibara, personaje secundario y quien dio la idea, le pregunta la razón y esta responde que todo queda a manos del lector, al final solo es entretenimiento.

Ibara, sorprendida, le devuelve la pregunta si acaso los autores importan y cómo puede saber cuál es bueno y cuál no; su compañera, con tono burlesco, termina diciendo que los lectores solo deben buscar algo que los haga reír y que todos los mangas son iguales. Finalmente, Ibara replica que bajo su lógica no existirían obras maestras, que son las personas con experiencia quienes deciden eso y que sin importar que no sobrevivan al tiempo están ahí, ella dice "hay diferencias definidas entre las habilidades técnicas de los escritores".

Cabe mencionar que ninguna de las dos está equivocada, habrá quienes disfruten ligeramente de una obra bajo sus propios términos y otros que gusten de interpretar lo que ven para luego encontrar motivos subyacentes, seguramente ambos terminarán compartiéndolo en una red social, pero el hecho es que solo uno será una opinión y la otra, una crítica.

ORIGEN Y FUNCIÓN DE LA CRÍTICA

Dios me ampare en poder resumir a Foucault en su texto “¿Qué es la crítica?”… él dice que en el comienzo de la historia moderna, lo que hoy se conoce como “crítica” era practicado como un monopolio medieval de la interpretación bíblica por parte del clero, siendo así un único privilegio de los Padres de la Iglesia, razón por la que la “resistencia” con el fin de no reconocer esta autoridad, operaban con otro tipo de escritura que significaba “no querer ser gobernados ni restringidos por el magisterio de la Iglesia” (Rauning, 2008).

Este monopolio de la escritura se tradujo como un retroceso, una suspensión de la enseñanza y por ende al autoempoderamiento de los lectores. Siglos después, encontraron que Gottlieb Stolle había resumido el desarrollo contextual de esa época y al mismo tiempo cerrando el arco de la resistencia contra el monopolio de la escritura diciendo “se le llama crítica al arte de comprender a los autores antiguos o hacer comprensible lo que escriben, de distinguir lo que se les ha sido atribuido falsamente o ha sido tergiversado y de enmendar o reemplazar los pasajes corruptos”.

Con ello en mente, la función de una crítica y en consecuencia, de un crítico, no es hablar mal de una obra sino examinarla cuidadosamente para emitir un juicio serio y sustentado. Es así que en la actualidad, el trabajo de un crítico ya no es sentirse parte de una casta de conocedores como si fuera el magisterio, más bien, de lograr que el espectador se vuelva más activo y sofisticado, que refine sus ojos, oídos y hacerlo conocer herramientas para interpretar el producto que consume, tal como una resistencia.

LA CONTAMINACIÓN IRREVERSIBLE

Cuando estudiaba animación, uno de mis profesores nos encargó imprimir un artículo para la clase cuya única prueba de su existencia que tengo son los apuntes en mi cuaderno y mi don para recordar cosas inútiles (que esta vez, es muy útil), así que lamento no poder darles la referencia apropiadamente. Ese artículo explicaba la preocupación de ciertos estudiantes de apreciación cinematográfica que si adquirían las herramientas de análisis fílmico ya no serían capaces de disfrutar “inocentemente” los productos audiovisuales que usualmente consumen.

Este temor infundado de ya no disfrutar de una obra solo porque conocen más o ya nada les impresiona se le denomina como “la contaminación irreversible del gusto”, explico: según su autor, no es que ese conocimiento arruine el goce estético sino que lo amplifica, pues al adentrarse en los diferentes niveles de significado de una obra le otorgan riqueza, profundidad y relevancia.

La contaminación irreversible sucederá tarde o temprano si se consume lo suficiente, de hecho, esa “contaminación” es parte fundamental de la crítica: la formación del gusto. Cuanto más y mejor se conozca la forma estética del cine o en mi caso, de la animación, más exigentes y refinados nos volvemos, en conjunto con las reseñas y el hecho de que los autores las toman en cuenta (como en muchas ocasiones les he mencionado) repunta a un mejoramiento de las obras en general.

EN CONCLUSIÓN

Puede que un espectador no sea tan pasivo como se piensa, pero sí está desinformado y no tiene las herramientas necesarias para saber de qué hablan las series o películas que consume. Son los críticos y reseñistas los que poseen estrategias de lectura que permiten no solo gozar de estos productos desde un punto de vista estético y narrativo, sino también de comprenderlos desde su estructura incluso conceptual para después promoverlo entre la audiencia común, únicamente con el poder de la palabra escrita en una reseña crítica. Recuerden consultar otras fuentes para que su información sea más completa, nos vemos en una siguiente publicación.

Referencias:

Rauning, G. (2008) “¿Qué es la crítica? Suspensión y recomposición en las máquinas textuales y sociales”. Viena. Recuperado el 4 de agosto de 2020 de: https://transversal.at/transversal/0808/raunig/es