Nihon Chinbotsu 2020, Japan
Sinks o Japón se Hunde como también es conocido es un anime original
del género seinen de suspenso y colapso social1 cuya historia
comienza después de los Juegos Olímpicos en la que un violento terremoto azota
a Japón, en medio del caos, una familia de cuatro miembros escapan de la ciudad
para enfrentarse a su nueva y horrible realidad, ¿tendrán la fuerza necesaria
para sobrevivir?
ENGAÑO COLECTIVO
Amigos míos, les seré honesta… por
muchos días he puesto resistencia a escribir esta reseña porque quería buscar
una manera de plasmar mis palabras de forma cuidadosa, pero he fracasado y no
tengo más opción que decirlas tal cual las tengo en mi mente: ya no puedo
tolerar la publicidad engañosa, pues este anime se nos vendió como otra de
las creaciones de Masaaki Yuasa y en lo que a mí respecta, vi todo
excepto eso.
No es la primera vez que me quejo
del tema, anteriormente lo hablé en mi reseña de Violet Evergarden Gaiden: Eternity and the Auto-Memory Doll, específicamente en el apartado “Ocultar
no es lo mismo que mentir” donde algunos fanáticos habían mostrado su
descontento hacia Konnichiwa Festival por omitir que era una película
spin-off. A pesar de que esta situación con Netflix no es tan grave como
el de la distribuidora, el problema de la omisión es el mismo.
Es verdad que el señor Yuasa
encabeza el proyecto como director, incluso fue creado en su propio estudio de
animación llamado Science Saru, pero nadie nunca mencionó que el señor Pyeon-Gang
Ho sería el director de la serie, ¿cuál es la diferencia? Que las funciones
del primero se enfocan en lo administrativo (gestión de puestos, presupuestos y
calidad), y el segundo a lo ejecutivo, es decir, supervisa la realización del
proyecto contribuyendo activamente tanto en la historia como en el guión, trabaja
bajo el nombre de un estudio y es su responsabilidad defender sus intereses.
Ustedes y yo hemos estudiado el
estilo técnico y narrativo de Masaaki Yuasa lo suficiente como para
saber que Japan Sinks está muy alejado de su esencia, podemos usar como
ejemplo las reseñas del exitoso anime de la Temporada de Invierno 2020, Eizouken ni wa te wo Dasu na! Y de la película Ride Your Wave de 2019, o el
artículo dedicado a su trayectoria escrito por mi compañera Hana y
editado por mí “Conociendo a: Masaaki Yuasa”.
Este anime se ve como una
creación de Yuasa, huele a Yuasa, se siente como Yuasa…
pero no lo es y eso me decepciona como reseñista, peor aún al usar su nombre
como gancho para atraer espectadores aunque, por otro lado me alivia porque al
menos quien no la ha visto, ya sabe que el criterio y las decisiones que aquí
se evaluaron son las del señor Pyeon-Gang Ho. Hablemos del argumento:
LA CATÁSTROFE DEL SUSPENSO
A pesar de que fue el nombre del
director el que atrajo el interés de la mayoría de los espectadores, muchos
analistas no dejaron escapar la propuesta de la obra en sí, pues esta, además
de ser una adaptación actualizada de la novela “Nihon Chinbotsu” de Sakyo
Komatsu publicada en 1973, también prometía ser brutal y desgarradora en
sus acontecimientos utilizando como género principal el suspenso, uno de los
más difíciles de trabajar ya no solo por sus características sino por el talento
que se necesitaría para ejecutarlo correctamente.
Si tuviera una palabra para
describir el suspenso puesto en Japan Sinks esa sería “suficiente”, en el
sentido que su narrativa tensional logra poner expectativas, sorpresas y en
ocasiones ansiedad en quien lo mire; habrá capítulos donde los
acontecimientos vayan a un ritmo acelerado y estén llenos de acción, mientras
que otros se centren en el drama y refleje la desesperación, cansancio y
frustración de los personajes, a tal punto que te sientes bendecido por no
estar en su lugar o quizá pensar que a esas alturas, ya habrías perdido la
cordura.
Asimismo, me gustó que utilizaran
el recurso cliffhanger, el cual consiste en poner a uno o varios personajes en
una situación extrema al final de un capítulo para causar incertidumbre y aumentar
el deseo de continuar viendo, no obstante, una de las características del
suspenso es que la trama tiene consistencia y astucia, cosas que Japan
Sinks confunde con volverse predecible y demasiado conveniente en muchas
ocasiones, en otras palabras, el guión tropieza cuando se resuelven
problemas de la nada.
En lo más profundo de mi ser
quiero pensar que esas deficiencias en el guión son inherentes a las propias
deficiencias de su género, resumidas como “la paradoja del suspenso” que
sucede cuando la narrativa tensional quiere tratar de sorprender, pero el
espectador ya cuenta con suficiente información para saberlo de antemano, es
como la clásica frase “no entres ahí”. Para evitar esto podemos tomar como
ejemplo a Yakusoku no Neverland que es más cuidadoso con las pistas que
revela o el anime Kanata no Astra que se vale de la narración
enigmática al alargar resoluciones, pero poniendo actos repentinos en el
medio de la trama.
La poca experiencia tanto del
director Pyeon-Gang Ho como del guionista Toshio Yoshitaka también
contribuyeron a esa falla y siendo realista, tampoco imagino al señor Yuasa
lidiando con ella (razón por la que iba a ser interesante verlo), mucho menos
cuando la esencia de la obra original era contextualizar la cultura japonesa de
los años setenta y la adaptaron —mediocremente— a la actualidad. En general,
este anime no me conmovió ni me perturbó como lo esperaba, aunque sí me
entretuvo, es… un fracaso que funciona.
NO TODO ESTÁ PERDIDO
El apartado técnico fue quizá una
de las pocas cosas que el señor Yuasa sí dejó en buenas manos, teniendo
como única bandera de tregua al señor Naoya Wada a quien conocerán como
el diseñador de personajes en Devilman Crybaby, desempeñándose en el
mismo puesto en Japan Sinks, adicional de encargarse del guión gráfico
(storyboard), como director de episodio e incluso director de animación.
El señor Wada fue capaz de
representar personajes con expresiones faciales remarcadas, colocar poses y
ademanes naturales, buenas proporciones a pesar de los pocos detalles y su
tendencia a las deformaciones, sin mencionar la eficiencia en sus dibujos
multitudinarios que, de prestar atención, es como si cada rostro transmitiera
sus tragedias personales.
Tomando en cuenta lo anterior, también
vale la pena destacar a su mano derecha, el señor Akira Honma quien fue
el único que pudo explotar el potencial gráfico en capítulos importantes como
el 1, el 6, 8 y 10, mismos que contribuyen a que Japan Sinks sea
recordada para futuras referencias. Por otro lado, al ser un terremoto el foco
de atención, era de esperarse un buen manejo de debris (escombros o ruinas) y
así fue.
Se nota un esfuerzo en los
detalles de los panoramas antes de que suceda la tragedia y una
impresionante fotografía cuando termina el colapso, tuvieron que imaginarse grandes
escenas de destrucción por las cuales se agradecen, así como una acertada
paleta de colores neutra que no tuvo problemas en reflejar felicidad o
desolación. No es la mejor ejecución técnica en el repertorio del señor Yuasa,
pero se queda dentro de lo decente; los señores Wada y Honma la tuvieron
difícil y lo superaron, bien hecho.
EN CONCLUSIÓN
Japan Sinks es apenas lo
mínimo que prometía con una adaptación deficiente de la obra original, no
obstante, su género es complicado de ejecutar y existieron capítulos
destacables que cumplen con la función mainstream de entretener, no de revivir
una obra de culto como leí en algunas reseñas; de igual forma tiene un apartado
técnico eficiente que dejó sobresalir nombres semidebutantes que merecen ser
recordados. Es por ello que recibe de mi criterio una calificación de 6 pts
de 10. Recuerden ver y leer otras reseñas, críticas y análisis para que su
opinión sea más completa, nos vemos en una siguiente publicación.
1El colapso social
se define como la caída de una sociedad humana compleja, es un subgénero de la ficción
distópica y esta a su vez, es un subgénero de la ciencia ficción. Clasificar
a Japan Sinks como ciencia ficción es correcto, pero no preciso, de ahí
la razón por la que se utilizó el término.